lunes, 15 de marzo de 2010

El juego de la luna




Acabo de leer esta maravilla de cómic.
Si a una buena historia la acompañas de un gran dibujo... no hay que hacer mucho esfuerzo para engancharse hasta haberla terminado. Es lo que pasa cuando empiezas a leer el juego de la luna, se crea una lectura cómoda y rápida debido a los pequeños caramelitos que nos ofrecen para que sigamos el camino sin problema y con ganas de más.
En su conjunto, tierna, pero con algún que otro momento tristón. La obra se divide en dos partes, divididas por 20 años, con lo que podemos apreciar también el tiempo transcurrido en los distintos personajes. En la primera parte los protagonistas son un unos niños/adolescentes (muy bien caracterizados) que deben enfrentarse a sus miedos para seguir adelante, aunque en la segunda parte, cuando el tiempo ya ha pasado por ellos, se dan cuenta de que han de...digamos, aceptar el pasado para vivir el presente (algo así).



Lo cierto es que la lectura de este cómic también me ha aportado datos de interés para aplicarlos a mi dibujo. El hecho de que los personajes aparezcan primero de niños y después de adultos me llevó a estar pasando las páginas pa lante y pa trás unas cuantas veces hasta descubrir cómo había conseguido el efecto edad teniendo casi los mismos rasgos faciales. Al final me di cuenta de que, mayormente, el efecto edad consistía en el tipo de ojo, de niños, como si fuesen puntitos o botones, y de adultos, digamos, el ojo completo (sea realista o cartoon o como gustes). Por tanto:

ojos de niño = botoncitos
* la regla no es bidireccional, vamos, que los ojos de botón no solo son para los niños.

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